
Se ha producido un desplome de la confianza en la economía nacional, no cabe decirlo de otra forma: quienes la valoran positivamente suman un 2,2%; un 17,0% la valora regular pero un 80,4% la juzga mala o muy mala.

Ha cristalizado la idea entre los consumidores de que España se ha quedado descolgada de la recuperación del resto de los países relevantes, como si de repente se hubieran abierto las interrogantes sobre la economía nacional sin despejar ninguna. Lo que hace que irrumpa con fuerza la idea de que la recuperación económica está todavía lejos.
En cuanto a la valoración del momento para realizar grandes compras evoluciona negativamente de forma generalizada y se incrementa seriamente la renuencia a contratar créditos o hipotecas, es decir, compromisos a largo plazo. En definitiva, la sensación de retraso del país en incorporarse a la recuperación económica y de falta de medidas para desatascar la situación se traduce en la decisión de controlar gastos y eludir riesgos.
Fuente: Milward Brown







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